El mundo de los
videojuegos ha sido, durante las últimas décadas, uno de los más rentables a
nivel económico, generando anualmente ganancias multimillonarias a las
diferentes empresas dedicadas al desarrollo tanto de consolas como de nuevas
plataformas para todos los gustos. Es así como, a partir del clásico Atari o de
la recordada consola Nintendo, ha existido un constante avance tecnológico que,
notoriamente, evidencia un sostenido trabajo por parte de los ingenieros,
desarrolladores y creativos en busca de mejores alternativas para los usuarios.
Asimismo, resulta
patente el hecho de que, de una u otra manera, esta misma mejora en las
opciones que se ofrecen a los gamers implica también la incorporación de nuevos
estándares en entretenimiento, factor transversal a cualquier tipo de
videojuego y que, sin embargo, tiene que ver con un tema totalmente particular
y subjetivo como lo es la capacidad de divertirse. De ello, pueden extraerse
numerosos tópicos, desde el estado de ánimo de quien compra una de estas
consolas hasta la liberación de endorfinas por parte del jugador, aspectos que
varían entre una y otra persona y que, no obstante, son analizadas
periódicamente por cada una de las industrias del área.
Ahora bien, lo que
para unos es aburrido, para otros resulta totalmente entretenido (en cosa de
gustos no hay nada escrito) De hecho, este mismo factor poco tiene que ver con
la cantidad de recursos tecnológicos desplegados en cada juego, algo tal vez
sobrevalorado por algunas personas y que, es base a conductas poco racionales y
más bien dejándose llevar por el impulso consumista, prefieren aquello que en
el mercado tenga un mayor precio o lo que posea más publicidad en los medios.
Lo mismo sucede con
los juegos de PC, los cuales cuentan cada vez con cualidades más
avanzadas que tienen que ver con el desarrollo mismo de los ordenadores y los
sistemas operativos bajo los cuales funcionan. Sin embargo, ¿cuál es la real
diferencia en entretención que puede otorgarnos un juego como el Need for Speed
y el I Wanna be The Guy? Ciertamente, entre ambos videojuegos no hay mucho en
común pero, no obstante, la capacidad de entretenimiento puede llegar a ser la
misma. Es por ello que juegos como el Buscaminas o el Solitario Spider no
logran desaparecer del mapa y, probablemente, tengan mayor popularidad que
plataformas como el PES o el Max Payne, aunque algunos geeks digan lo
contrario.
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