Muchos padres se sienten realmente confundidos cuando sus hijos
comienzan a tener actitudes poco adecuadas para su edad. El niño cambia de
forma inesperada, y donde antes existía un ser angelical, ahora se torna en un
pequeño nervioso e inestable. Bien es sabido, que ningún progenitor trae
consigo una guía del buen
padre, pero sí se da uso a ese poder inteligente que
trae de forma innata el ser humano responsable y repleto de amor hacia su
pequeño, el éxito está asegurado.
PROBLEMÁTICA ENTRE PADRES E HIJOS EN LA SOCIEDAD ACTUAL
Desgraciadamente, esta sociedad en la que nos encontramos inmersos cada
vez nos exige más: mayor número de horas de trabajo en la calle, más compras
innecesarias de objetos, que incluso a posteriori no se le da ningún tipo de
uso, y que según la agresiva publicidad nos la hace ver como útiles y
necesarios, entre otros. Definitivamente, más gastos en cosas realmente que no
nos llegarán aportar la felicidad
que ansiamos.
Los niños son los primeros receptores de esa situación, aunque muchos
padres no quieran estimar esta auténtica verdad. La ausencia constante de los
progenitores pueden hacerles sentir con sentimientos de soledad y poco
valorados. Ello les enfurecen en exceso y en consecuencia se sentirán más
irritables.
La solución más acertada ante esta situación es la comunicación con el
más pequeño, hacerles participes que la situación económica o laboral les
obliga a estar muchas horas fuera de casa, además que realmente se les quiere
mucho, y que sus pensamientos están de forma constante con él. Además, los
padres deben comprometerse con ellos a compartir momentos de juegos, o incluso
leerles un bonito cuento, en aquellas horas libres que se encuentren en el
hogar.
Realmente es difícil, y se comprende, porque en la gran mayoría de
ocasiones, después de un duro día de trabajo, se llega a casa agotado, y no
sólo eso, porque quizás se encuentre con una montaña de labores en el hogar que
deben atender. Irremediablemente, después de poner un poco de orden, lo que más
se deseará, es cenar tranquilamente, ducharse, ver un poco la tele y dormir,
para al día siguiente volver a esta dura jornada diaria y semanal.
Pero, ¿y su pequeño? ¿Cómo cree usted que se siente en esa soledad
constante en su ausencia? ¿Él es pequeño para entender ese estrés que usted
lleva? ¿Merece la pena poseer tantos bienes materiales a costa de la felicidad
de su familia? Piense en un futuro, medite en esa posibilidad. Un sólo beso o
abrazo con cariño puede fortalecer ese vínculo entre ambos, a pesar de la distancia
que os pueda separar esa vida de constante trabajo y lucha diaria.
COPYRIGHT © LIDIA M.Y. / Foto Por Cortesía:
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